Fernando Usón Forniés. Desfiladero Ediciones, 2020. 335 páginas.
Una bonita foto de Domicilio conyugal ilustra la portada de este ensayo sobre uno de los movimientos fundamentales, por no decir el más trascendental, en la historia del cine moderno. Podría haber sido una foto de Vivir su vida, o de La coleccionista. Cualquiera de ellas representa al espíritu de una época cuyos practicantes cambiaron el curso del cine. El trabajo de Fernando Usón comienza con un lícito interrogante, preguntándose si la Nouvelle Vague fue realmente un movimiento, e indaga después en determinados elementos de estilo y puesta en escena, realiza una boutade digna de Godard –considerar La Première nuit de Franju el mejor corto de la nueva ola– y analiza la obra de Truffaut, Rivette y compañía sin olvidar a los que, sin pertenecer de una forma tan evidente a aquella escena cinematográfica, contribuyeron en grado sumo a perfilarla y desarrollarla, como Malle, Astruc, Demy, Rozier, Resnais, Duras o Robbe- Grillet. Godard merece todo un capítulo, pese a quien pese, y hasta tiene cabida el belga André Delvaux, uno de los nombres importantes más olvidados de la historia del cine.
Quim Casas