INSOMNIA (1997) Erik Skjoldbjærg |
LA DIFICULTAD DEL INSPECTOR ENGSTROM (STELLAN SKARSGARD) para conciliar el sueño refleja la dificultad para conciliar su conciencia. Las decisiones entran en fricción con lo que se deseara que fuera. El protagonista de Insomnia (id., 1997), ópera prima del cineasta sueco Erik Skjoldbjaerg, dispara en la niebla a quien no quería disparar porque creía que era otro. Dispara a su compañero en la policía, Vik (Sverre Anker Ousdal), en vez de al sospechoso del crimen de una adolescente de 17 años al que perseguían. Su decisión posterior queda empapada por la niebla. No actúa de modo transparente, no reconoce lo que ha hecho, aunque haya sido consecuencia de la confusión. Engstrom decide dar otra versión de los hechos cuando todos alrededor piensan, de modo inmediato, que el autor de los disparos fue el sospechoso. No se responsabiliza del acto porque se dice a sí mismo que no fue intencional. Pero después sí tomará otra serie de decisiones intencionales, manipulaciones de pruebas, para evitar que se enfoque en él como responsable. La conveniencia colisiona con la conciencia.
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