LAS LETRAS DE JORDI

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La austeridad como virtud

Da la sensación, a primera vista, de que el debut en el largometraje documental de Maider Fernández Iriarte tiene una idea muy clara detrás, relacionable con la divulgación más que con el cine o, dicho de otro modo, que el lenguaje audiovisual es aquí una herramienta sin una intencionalidad artística definida. Parece, de hecho, que las ambiciones de Las letras de Jordi se centran, cuasi exclusivamente, en mostrar la realidad de una enfermedad mental a través de una aproximación íntima y humanista que pueda contribuir, eventualmente, a eliminar el estigma de este tipo de dolencias, en este caso la parálisis cerebral.

Esta primera impresión tiene que ver con el tratamiento de la imagen, de una militante austeridad, y con el planteamiento narrativo, a priori lineal, en el que se muestra un diálogo que combina un tablero de letras y las manos de Jordi formando palabras y un plano fijo del protagonista que vertebrará todo el metraje. Sin embargo, una vez mostradas sus cartas, el documental de Fernández Iriarte adquiere una dimensión insospechada gracias, precisamente, a la ausencia de filtros formales. Por un lado, la mirada que la directora propone al espectador es la suya propia, desde la misma posición: observando fijamente al protagonista y sus reacciones ante las interpelaciones y generando con ello curiosidad por un personaje cuyo perfil muy raramente prima en el cine y que poco a poco va descubriéndose, y con él sus filias e inquietudes. Por otro, el montaje de Virginia García del Pino, también coguionista, respira gracias al juego entre el plano corto de diálogos escritos en la tabla –las letras de Jordi– y leídos en off por la directora, el plano fijo antes mencionado, y las salidas que ambos realizan, doblemente relevantes a nivel narrativo –dan dinamismo a la trama y generan poso en la descripción del personaje– y magníficamente aprovechadas a nivel formal, permitiendo a Fernández Iriarte experimentar con una imagen y sonido en los que florece un inesperado lirismo.

Las letras de Jordi, con todo, no es tanto un documental sobre la parálisis cerebral sino la efectiva aproximación a una persona de la que es tendiente distanciarse sin razón y que al fin resulta sugestiva por sus pasiones, muy especialmente la religiosa, y angustias existenciales, más que por su visible dolencia. Fernández Iriarte se mantiene tras la cámara, pero no rehúye su presencia, acompañando la trama y erigiéndose como eje entre protagonista y público a través de la voz, leyendo o preguntando, o incluso grabándose a ella misma en alguna ocasión, amortiguando con suavidad la sensación primera de pudor ante la intromisión en una relación eminentemente personal.

Tariq Porter

 

España, 2019. Directora: Maider Fernández Iriarte. Productora: Leire Apellaniz. Guión: Maider Fernández Iriarte y Virginia García del Pino. Fotografía: Maider Fernández Iriarte y Carlos Muñoz Gómez-Quintero, en color. Documental.