BLOOD & FLESH: THE REEL LIFE & GHASTLY DEATH OF AL ADAMSON

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Cine entre los márgenes

Tras su paso por la pasada edición del Festival de Sitges, desde hace unas semanas se encuentra disponible en Amazon Prime Video Blood & Flesh: The Reel Life & Ghastly Death of Al Adamson, documental sobre uno de los principales iconos del cine de Serie B/ Z del pasado siglo.


Blood & Flesh: The Reel Life & Ghastly Death of Al Adamson está dirigido por David Gregory, responsable del notable Lost Soul: El viaje maldito de Richard Stanley a la isla de Dr. Moreau, en el que desgranaba los pormenores de la controvertida realización de la versión de la novela de H. G. Wells protagonizada por Marlon Brando y Val Kilmer, y especialista en la confección de documentales de medio metraje destinados a nutrir el apartado de extras de los títulos de culto que edita en formato doméstico a través de su propio sello, Severin Films. Dichos antecedentes se antojan fundamentales a la hora de valorar el contenido de este nuevo trabajo, dado el total conocimiento que el realizador posee del contexto en el que se sitúa su objeto de estudio, así como su total aclimatación y asimilación del formato empleado.



En consonancia con estos antecedentes, a nivel formal Blood & Flesh… se revela como un documental de lo más heterodoxo. La mayor novedad en este sentido se encuentra en el protagonismo ya anunciado desde el título que se otorga a la muerte de Adamson dentro de la sucesión de acontecimientos. Tal es la atención con la que son expuestas las circunstancias que rodearon al descubrimiento del cadáver del cineasta sepultado bajo una de sus propiedades, que este tramo ―en el que la mezcla de imágenes del juicio, del levantamiento del cuerpo y el desgarrador testimonio de algunos de los implicados hacen asemejarlo a uno de esos programas de reconstrucción de crímenes que tanto abundan en algunos canales televisivos― llegue a adquirir autonomía propia dentro del relato, dividido así en dos partes bien diferenciadas. Sin menoscabo del interés que pueda tener este capítulo, lo cierto es que parece evidente que Gregory potencia su peso en la narración consciente de que en él anida ese rasgo singular que parece acompañar a ciertos directores de bajo presupuesto y que, a la vez, distingue a Adamson de otros colegas de su mismo espectro, caso de Ed Wood, al que le gustaba vestir con ropa femenina, o de Ted V. Mikels, quien vivía en un castillo rodeado de mujeres, repitiendo lo dicho por uno de los entrevistados.

Tanto es así que el contenido de la convencional primera parte de Blood & Flesh…, dedicada a relatar los pormenores de la trayectoria cinematográfica de su protagonista, no difiere en lo sustancial de haber tratado la andadura de cualquier otro cineasta análogo en coordenadas temporales y productivas. De este modo, a través del testimonio de colaboradores y amigos, el documental repasa los principales hitos de la filmografía del cineasta poniendo su foco de atención en el reguero de anécdotas propiciadas por un sistema de producción sustentado en rodajes rápidos de menos de diez días a una única toma, realizados por un equipo estable de colaboradores que, en la mayoría de las ocasiones, trabajaba de forma gratuita. En fin, todo de lo más previsible. Y sin embargo, es en esta parte donde se encuentra lo más atractivo de un conjunto que, por lo demás, cumple con buena nota su primigenia condición de obra destinada a arrojar luz sobre la figura de Adamson.


Un documental de lo más heterodoxo. La mayor novedad en este sentido se

encuentra en el protagonismo ya anunciado desde el título que se otorga a

la muerte de Adamson dentro de la sucesión de acontecimientos



Este interés, no obstante, no se encuentra en lo que se dice, sino en los apuntes que se sugieren entre líneas y que ilustran sobre determinados aspectos del funcionamiento del cine de Serie B/ Z durante la segunda mitad del pasado siglo. Por ejemplo, cómo la tendencia de sus exponentes a funcionar por acumulación de ingredientes no respondía tanto a una decisión propia de sus responsables como a ciertos condicionantes industriales, tal y como se refleja al hablar de Psycho a Go-Go, la primera película dirigida oficialmente por Adamson, la cual fue remontada progresivamente incorporando nuevas subtramas al calor de las modas imperantes para conseguir así distribución, a cambio de desdibujar su concepción original; la relación de ida y vuelta existente entre el cine de Serie B y el de gran presupuesto, ya que si, por un lado, a Adamson le gustaba contar en sus reparto con viejas glorias en horas bajas, caso de Russ Tamblyn, Lon Channey Jr. o Yvonne de Carlo, al mismo tiempo brindó sus primeras oportunidades a operadores después tan reputados como László Kovács o el oscarizado Vilmos Zsigmond; o la desaparición de este tipo de cine a manos de las majors, una vez que estas invadieran la programación de los autocines que hasta entonces habían sido su canal de distribución natural, al mismo tiempo que canibalizaba sus planteamientos argumentales con unos medios técnicos a los que estas modestas producciones no podían hacer sombra. Tal y como reflexiona el famoso presentador Joe Franklin en un extracto de una entrevista a Adamson incluida en el metraje: “En los viejos tiempos un camarógrafo solitario con un presupuesto reducido podía hacer una película, pero desde “Parque Jurásico” y “Star Wars” el público fue estropeado. Hoy tienes que darles lujosos efectos multimillonarios. Ya no es como en los viejos tiempos”.

José Luis Salvador Estébenez


USA 2019. T.O.: “Blood & Flesh: The Reel Life & Ghastly Death Of Al Adamson”. Director: David Gregory. Con los testimonios de: Al Adamson, Russ Tymblin, John “Bud” Cardos, Robert Dix, Fred Olen Ray, Vilmos Zsigmond. DISPONIBLE EN AMAZON PRIME VIDEO