Alegoría adolescente
Después del éxito de The End of the F***ing World Netflix vuelve a estrenar una nueva colaboración entre Jonathan Entwistle y Charles Forsman, director y autor del cómic original. De nuevo nos encontramos con otra reflexión sobre la adolescencia bajo una óptica de tono distendido pero con un subtexto crudo y corrosivo. Los arquetipos del cine de John Hugues sirven para narrar las dudas e inquietudes de Sydney, una joven que está enamorada de Dina, su mejor amiga. Sydney es huérfana de un padre suicida y tiene muchos problemas de relación tanto con sus compañeros como con su madre, una trabajadora que apenas tiene tiempo para escuchar sus miedos y problemas.
Con estos mimbres, usados hasta la saciedad por el cine para (y sobre) adolescentes, Esta mierda me supera se convierte en un contenedor referencial que utiliza los resortes del fantastique a una escala modesta y efectiva. Sydney va descubriendo que cuando se irrita o se angustia tiene el poder de la telequinesis. Alegoría de las cuitas del crecimiento y la juventud, el elemento sobrenatural se amolda al relato porque el tono buscado es breve y apenas intuido. Si bien en el cómic original nunca queda claro si la protagonista tiene o no esos poderes o si bien forman parte de una ilusión o un deseo incumplido, la adaptación televisiva lo deja claro en más de una secuencia. No obstante, esas secuencias puntean más que refuerzan un relato que va por otros derroteros.
El subjetivismo de la propuesta es al mismo tiempo su fundamento. Todo se observa a través del filtro mental de Sydney. La oscura sombra que a veces percibe, las voces que se difuminan cuando se obsesiona, los planos cortos de lo que desea o aborrece. Mucho menos cruda que el cómic original, Esta mierda me supera tiene la virtud de inventar un final gran guiñolesco mucho más espectacular, que le permite homenajear tanto a Carrie (id. 1976) de Brian De Palma como poner al día la estilosa extravagancia del mejor cine de Sam Raimi.
Para la segunda temporada nos queda esperar la explicación de un excelente cliffhanger final, que se intuye que puede llevar más allá la historia y alejarla de lo anecdótico. Por otra parte, esta primera temporada sigue idénticos parámetros a los de su serie hermana. Un protagonista enamorado de un imposible, un retrato de una masculinidad tóxica y una confusión mental que percibe la realidad con los alambres estéticos de lo bizarre. Parecería que cambia la perspectiva porque la protagonista ahora es femenina, pero no nos engañemos. En ambos casos el objeto de deseo es una mujer. Es un hombre el que lo firma, aunque lo haga con el aspecto de una joven pelirroja de diecisiete años.
Jordi Ardid
USA, 2020. T.O.: “I Am Not Okay with This”. Director: Jonathan Entwistle. Intérpretes: Sophia Lillis, Wyatt Oleff, Sofia Bryant, Kathleen Rose Perkins, Richard Ellis, Aidan Wojtak-Hissong. DISPONIBLE EN NETFLIX.