Ligereza antes que tensión
La película es la quinta colaboración entre Peter Berg y Mark Wahlberg y opta por desdramatizar la violencia a partir de la mezcla entre acción, crimen y comedia.
De los once largometrajes realizados por el actor Peter Berg desde que en 1998 debutara tras la cámara con la distinguida comedia negra Very Bad Things, cinco están protagonizados por Mark Wahlberg. Son los cinco últimos, construidos en base a la masculinidad no necesariamente ruda ni esquemática del actor y a partir de una idea no siempre edificante del individualismo y la heroicidad: El único superviviente (2013), Día de patriotas (2016), Marea negra (2016), Milla 22 (2018) y la presente producción para Netflix, Spenser: Confidencial (2020). Wahlberg había establecido una buena relación anterior con James Gray, pero no pasó de dos colaboraciones, La otra cara el crimen (2000) y La noche es nuestra (2007), ya que Gray se decantaría durante mucho más tiempo por la presencia en su cine de Joaquin Phoenix. Igualmente se ha entendido bien con David O. Russell, para quien protagonizó Tres reyes (1999), Extrañas coincidencias (2004) y The Fighter (2010). También ha repetido con Michael Bay, Antoine Fuqua y Seth MacFarlane, pero su posición en el cine de estos resulta menos importante y, sobre todo, no es tan determinante en su propia filmografía. Porque sin considerar a Wahlberg dentro de una nueva política de los actores estadounidenses, como si podemos hacerlo con el citado Phoenix, George Clooney, Tom Cruise –el más destacado en este sentido en las dos últimas décadas– e incluso Brad Pitt, resulta adecuado ver los films de Wahlberg con Berg como una progresión de un arquetipo más o menos matizado en función de los relatos, reales o inventados, en los que ese arquetipo queda ubicado.
Spenser: Confidencial es una producción Netflix, lo que marca una cierta –mayor o menor– diferencia de criterio general, y su suma de acción, crimen y comedia, con banda sonora resultona, la sitúa más cerca de alguno de los trabajos del actor con Bay y Adam McKay y de la insulsa y a la vez desternillante última película de Bay, 6 en la sombra, no casualmente perteneciente al universo Netflix. Pero Berg no llega a los mismos extremos de aparatosidad gratuita y nulidad argumental. Su último film con Wahlberg lo presenta como un clásico antihéroe que a su manera busca la redención por aquello que cometió. No es que fuera injusto lo que hizo, pero no resultaron acertadas las formas con las que lo hizo. En el prólogo, ambientado cinco años atrás, Spenser, un agente de policía de Boston, golpea brutalmente a su superior, el capitán Boylan, cuando entra en la casa de este y descubre que Boylan ha maltratado aún más brutalmente a su esposa. Aunque esta secuencia no cuenta toda la verdad, y esto se desvelara mucho más tarde, la reacción de la mujer defendiendo a su marido y la brutalidad de la paliza que le inflige el protagonista nos deja con más de una duda. Spenser paga por sus actos y pasa cinco años en la cárcel. Cuando sale, su viejo mentor, Henry (Alan Arkin), le deja una habitación que tiene que compartir con Hawk (Winston Duke), un forzudo afroamericano que le ha usurpado el cariño de su perro, también pasó una temporada entre rejas y quiere convertirse en el Lebron James del boxeo.
Las partes cómicas conviven con las criminales. Boylan es ejecutado por cuatro individuos encapuchados y armados con machetes, Los Trinitarios, el mismo día en que Spenser ha salido de la cárcel, por lo que la policía le considera sospechoso del brutal (de nuevo) asesinato. Pero este rastro argumental se pierde pronto y la repetida brutalidad acaba sin tener efecto en su constante combinación con momentos cómicos, tanto en la relación de Spenser con Hawk como en algunas situaciones violentas desdramatizadas, así como gags a costa de «la nube», este concepto etéreo de almacenaje en las redes que al personaje de Wahlberg le cuenta tanto de entender. Mientras Spenser intenta limpiar la imagen pública de un agente íntegro que al parecer se ha suicidado tras matar a Boylan, algo que Spenser intuye que no es verdad y de lo que el espectador tiene la certeza desde el mismo momento del asesinato –aunque tampoco sea una utilización muy imaginativa de la ironía dramática–, Berg nos muestra al protagonista aprendiendo a conducir camiones de gran tonelaje. Su idea es adquirir un nuevo oficio e irse a Arizona, pero la conducción de un camión le será muy útil en la parte final de la película para resolver, de un plumazo bastante poco imaginativo desde la escritura de guión, todos los conflictos acuñados entre Los Trinitarios, la mafia irlandesa, los policías corruptos del sur de Boston, el secuestro de Henry y la compleja relación de atracción/ rechazo que experimentan Spenser y su antigua novia. El film, sin la tensión en la puesta en escena de El único superviviente o Día de patriotas, más allá de la «ligereza» de su trama en relación a la de aquellas dos películas, termina con un guiño final que deja a las claras que es una comedia de acción más que un thriller provisto de gags.
Quim Casas
USA, 2020. T.O.: «Spenser: Confidential». Director: Peter Berg. Intérpretes: Mark Wahlberg, Winston Duke, Alan Arkin, Iliza Schlesinger, Bokeem Woodwine. DISPONIBLE EN NETFLIX.