Ralph Thomas (1950)
El elemento criminal aparece en Trágica obsesión en el centro del relato, pero más bien como detonante y aglutinador de los otros géneros que se apuntan y entrecruzan en este agitado, sinuoso y estimulante film de un director poco dado a atrevimientos, pero de probada eficacia, como fue Ralph Thomas. Trágica obsesión comienza como una película de espías, pero para certificar el retiro forzoso de uno de sus géneros; se recicla en melodrama psicológico con un trauma pasado e intermitente ambiente noir, acoge un asesinato y la consabida investigación policial, y en su segunda mitad sale de su confinamiento espacial y se despliega en una aventura de persecución en la que el agente supuestamente retirado es el perseguido y tiene que poner en juego todas sus habilidades, contactos y argucias para salvar a una mujer injustamente acusada.
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