Lo que, hasta hace muy pocos años, parecía imposible, se está adueñando de la afición cinematográfica: un alejamiento de las nuevas generaciones en torno al pasado del cine mundial. Circunstancias concretas, alineadas casi de manera estrategia, se contrarrestan con la posibilidad de acercarnos a títulos hasta hace poco inencontrables. Todo ello permite una extraña paradoja: tenemos más posibilidad que nunca de acercarnos al cine del ayer, pero parece que algunos quieren condenarlo al olvido.
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