Stanley Kubrick (1975)
EN 1975, EL CINE USA VIVÍA UN BRUSCO RELEVO GENERACIONAL, en medio de nuevas estructuras de producción, prolongando un Hollywood casi inexistente, incorporando nuevos realizadores, renovando su horizonte y conviviendo con nombres más o menos consagrados. Todo ello, emergería en el quinteto de títulos que lucharon por los Óscars de aquel año. Partían con ventaja, las 9 nominaciones de Álguien voló sobre el nido del cuco (Forman). Barry Lyndon (Kubrick) obtenía 7, Tarde de perros (Lumet) alcanzó 6, por 5 de Nashville (Altman), y 4 de Tiburón (Spielberg). Un escaparate de interés, del que salió victorioso el título de Forman, atesorando los cinco máximos galardones –película, director, actor, actriz, guión adaptado– que previamente solo obtuviera Sucedió una noche (Capra, 1934), reiterándolo únicamente la posterior El silencio de los corderos (Demme, 1991).
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