LA GRAN MENTIRA

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Intérpretes sin personajes

CUALQUIER PROYECTO CINEMATOGRÁFICO PUEDE gestarse de formas muy diferentes. No resulta muy descabellado pensar que el guión de La gran mentira llegó a buen puerto, a ser realizado, después de que los productores consiguieran el sí de Helen Mirren e Ian McKellen para interpretar a los dos protagonistas principales. Son los dos únicos personajes con aparente entidad pero, si esta no resulta muy sólida a medida que avanza el metraje, no cabe duda de que esa identidad frágil será realzada por los dos veteranos intérpretes. O puede que el film fuera decisión de Bill Condon y con él en la película resultara mucho más fácil conseguir a McKellen, quien ya había protagonizado dos de las mejores obras del director. Sea de un modo u otro, la realidad es que La gran mentira es una película de Mirren- McKellen para lo bueno y para lo malo. Se saben las estrellas indispensables de la función con lo que, más allá de que Condon esté acertado en su dirección de actores, acaban gobernando los planos y las escenas. La verdad es que ni la premisa argumental es demasiado estimable ni la realización de Condon procura algo que no sea lo que no hace tanto tiempo aún denominábamos rutinaria artesanía. Sabe dónde colocar la cámara para que brillen sus intérpretes, pero la historia es tan plana y los personajes tan poco imaginativos, pese a los requiebros y falsas pistas de la trama, que se necesitaba algo más para que la película trascendiera un poco por encima de esa misma rutina. ¿Los actores están bien? Tanto McKellen como Mirren dominan tanto su técnica que casi resulta imposible que estén mal, o que al menos no tengan una escena entera o un primer plano en que nos hagan olvidar lo plúmbeo del resto del film. Pero claro, no hay color si comparamos al McKellen de La gran mentira con el McKellen de Dioses y monstruos y el de Mr. Holmes. El actor está igual de bien en los tres. La diferencia radica en que Condon se cree mucho más la historia del viejo James Whale, en el ocaso de su existencia y enamorado de su jardinero, y la imaginaria del anciano Holmes intentando resolver casos cuando ya no tiene la capacidad deductiva de antaño. Y como se las cree, se esfuerza bastante más en ponerlas en pantalla. No es solo el peso y poso cultural del director del primer Frankenstein y del detective imaginado por Conan Doyle. En que esas dos películas tenían personajes mejor elaborados y las tramas y relaciones estaban mucho mejor construidas. En este sentido, a Condon le va mejor la densidad del drama que la ligereza casi liviana de esta intriga sobre estafadores, apariencias, dobles juegos y unas cuantas falsedades y enredos que es La gran mentira.

Quim Casas

USA, 2019. T.O.: «The Good Liar». Director: Bill Condon. Productores: Bill Condon y Greg Yolen. Guión: Jeffrey Hatcher, según la novela de Nicholas Searle. Fotografía: Tobias A. Schliessier, en color. Música: Carter Burwell. Intérpretes: Helen Mirren, Ian McKellen, Russell Tovey, Jim Carter, Mark Lewis Jones.