Adiós al riesgo
EL FINAL ABIERTO, CASI UN CLIFFHANGER, con el que se cerraba la primera temporada de The End of the F***ing World, una de las sensaciones de Netflix de 2017, hacía suponer una continuación que pusiera algún tipo de broche a las andanzas de James y Alyssa, los dos adolescentes inconformistas que emulan sin tapujos a Kit (Martin Sheen) y Holly (Sissy Spacek) de Malas tierras (Terrence Malick, 1973). Ese final estaba llamado a ser amable, o cuanto menos tolerablemente agridulce: para mediocridades, y de ellas estaba llena esa temporada, nada como la realidad del día a día.
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