El León de Oro para una película como Joker de Todd Phillips (crítica en este número) es la guinda que confirma el idilio entre la gran industria estadounidense y el festival de cine más antiguo del mundo, convertido en la principal plataforma de lanzamiento para los grandes títulos de Hollywood de cara a la próxima temporada de premios que se rematará en febrero con los Oscar. Porque independientemente de la calidad cinematográfica de Joker, a priori pocos vaticinaban que un jurado presidido por Lucrecia Martel otorgaría su principal distinción a una película de superhéroes, por muy atípica que esta sea.
Contenido reservado para suscriptores. Para acceder al contenido haz el login siguiendo este link: LOGIN.
Para ingresar como nuevo miembro sigue este link: NUEVO MIEMBRO.
Para ingresar como nuevo miembro sigue este link: NUEVO MIEMBRO.