William Dieterle
Aunque fueron sus incursiones en el noir, el romántico y la fantasía las que dieron lustre a su filmografía, William Dieterle siempre fue un director ligado al género de aventuras. Especialmente, en la última etapa de su carrera, con propuestas como el western para Paramount Pictures Solo una bandera (Red Mountain, 1951), el drama bíblico-histórico Salomé (Salome, 1953), la exótica Omar Khayyam (1957) o la obra televisiva Los misterios de Angkor (Die Herrin der Welt – Teil I, 1960). Productos desiguales, con alma de serie B, que demostraban, pese a la carestía de medios o de libretos brillantes, la pericia de un cineasta que se mantuvo en la élite durante tres décadas tras su migración desde tierras germanas –donde facturó sus primeros y reivindicables largometrajes.
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