Cinéma du réel. Festival internacional de documentales de París 2019

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No deja de ser interesante que el Festival internacional de documentales de París, ya en su 41ª edición, se llame Cinéma du réel, el cine de lo real. Ahora bien, ¿qué significa filmar «lo real»? ¿Es posible siquiera pretenderlo?

Vuelvo a recordar el hermoso verso de Mariano Blatt que suena en Parsi, el magnífico corto presentado este año por Teddy Williams y pienso que la respuesta podría ir en esa dirección: «Parece una joya perdida pero encontrada en un sueño por accidente ». En Parsi, los habitantes de una aldea de Guinea Bissau se pasan una Go-Pro de 360º mientras corren por diferentes caminos. De fondo, suenan los versos de Blatt: «Parece de ahora, parece el mismo árbol, parece una chapita que le está dando el sol, parece el sol…», un poema infinito que toma la cadencia de un vaivén acelerado que se dirige a un orgasmo.

Por otro lado, se presentó otro cortometraje especialmente interesante: Los que desean, de Elena López Riera. En esta película se observa una competición de «palomas seductoras» en el pueblo natal de su directora. Después de un largo periodo de abstinencia, se suelta a los machos en dirección a las hembras. Ellos, cada uno con las alas pintadas con colores fosforescentes distintos, se acercarán a las hembras. A partir de ese momento, sus propietarios podrán averiguar cuál de los machos pasará más tiempo junto a las hembras. Una voz en off acompañará a un travelling lateral al final de la película y oiremos los nombres de todos los propietarios de las palomas que participan en esta competición. La voz es la de la directora, que acaricia los nombres de todos esos hombres con la ternura de quien echa la vista atrás y descubre lo hermoso de su pasado con una sonrisa.

En las películas de Williams y de López Riera hay un acercamiento a lo real que pasa por la palabra. Lo peculiar de su cine es que esas palabras funcionan como un murmullo, como el fluir de un río, acaso como si se tratara de una composición de John Cage. Así, nuestra experiencia como espectadores cobraría una dimensión casi mística, un lugar en que nuestros sentidos quedarían alterados por una cadencia. Las propuestas de Teddy Williams y de Elena López Riera nos llevan a dejarnos acunar por un estado hipnótico que nos pueda permitir rasgar las costuras de lo real, como si se tratara de una película de Iván Zulueta.

Las propuestas cinematográficas más interesantes son aquellas que son conscientes de que hacer cine no es igual que escribir, pintar o esculpir. Hacer cine es capturar luz y tiempo entre las sombras. En esta dirección se mueve también la maravillosa Vivir allí no es el infierno, es el fuego del desierto. La plenitud de la vida, que quedó ahí como un árbol, de Javiera Véliz Fajardo. En ella, viven los pastores del desierto de Atacama, los supervivientes de un mundo condenado a desaparecer. Es un canto a los personajes que se difuminan en el tiempo infinito.

Miquel Escudero Diéguez