Hace cuatro años el Festival de San Sebastián dedicaba una retrospectiva a Dorothy Arzner. En este tiempo también se ha prestado atención en distintos lugares a la obra de Ida Lupino. Reinstauradas las dos directoras del cine estadounidense que tradicionalmente se han incluido en historias y enciclopedias del cine como punto exótico, es hora de ir más allá y descubrir a mujeres cineastas aún más silenciadas. San Sebastián ha rescatado ahora a la británica Muriel Box, gesto que retoma este mes también el Festival Lumiere de Lyon.
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