Si algo distingue a Los Increíbles 2 y a su predecesora, Los Increíbles, es que ambas tienen un mismo guionista y director. En un género como el cine de animación, donde todo se realiza en equipo, Brad Bird destaca como una voz única, algo que ya se pudo apreciar en El gigante de hierro, la primera película que dirigió tras una etapa como animador en Disney y otra como parte del equipo creativo de Los Simpson. Más inusual es el hecho de que tras dirigir una tercera película animada, Ratatouille, Bird hizo su primera superproducción hollywoodense de imagen real, Misión: Imposible. Protocolo Fantasma a lo que siguió la fracasada Tomorrowland. Su retorno a los personajes que creó 14 años después y también al cine de animación es otra prueba de que el nativo de Montana de 60 años es una de las voces más libres del Hollywood actual.
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