En el dossier dedicado hace un año y medio a Truffaut, otro de los pilares de la Nouvelle Vague, dijimos que siempre era pertinente volver al director de Besos robados. Lo mismo podríamos sugerir/proponer de Godard, pero de hecho casi nadie, defensores y detractores, tan siquiera los que no se manifiestan ni a favor ni en contra del director de Vivir su vida, discute que sobre Godard debe volverse porque, esa es la realidad, nunca se ha ido. |
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