El porvenir

en Análisis/En Primer Plano por

Filmar la entereza, revelar la fragilidad

Después de evocar la cultura de clubes en Eden, Mia Hansen-Love se entrega con El porvenir (Oso de Plata a la mejor dirección en el pasado festival de Berlín) a un preciso y calmado estudio sobre los cambios vitales en una mujer que ha superado la sesentena. La realizadora, de treinta y cinco años, aborda con madurez un nuevo jalón en lo que parece ser una suerte de autobiografía familiar.


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