AGENTE SECRETO SZ

Agente secreto SZ nunca eleva el tono; es una de sus mayores virtudes. Se inicia y concluye de manera simétrica, con ese plano general de la calle donde vive Violette (extraordinaria Virginia McKenna), y al final se fundirá con la integración en el mismo de su hija, depositaria de una mujer a quien las circunstancias convertirán en héroe. Sus primeros veinte minutos –en el Londres de 1940–, son un prodigio de sensibilidad: tras un rápido repaso de su cotidianeidad, contemplaremos la aparición del hombre que marcará su vida, el oficial francés Etienne Szabo (Alain Saury), que en apenas días se convertirá en su esposo. Hay en esos pasajes un pudoroso sentido de la delicadeza y la fugacidad de la felicidad, conformando una bellísima conclusión, con ese poema compuesto por Etienne, que su mujer escuchará estremecida, y que se convertirá en el eje de la película.